El reto de las empresas en el cuidado de la salud mental para el 2025

Después de la pandemia del COVID-19, la salud mental de las personas cobró mucha más importancia para las sociedades. No solo nos dimos cuenta de lo fundamental que es poder “estar bien y sentirnos bien” para nuestro relacionamiento cotidiano, sino para el desarrollo de todo tipo de actividades.


En ese sentido, las empresas también dieron mucha más relevancia al cuidado de la salud mental de sus empleados y su impacto en la productividad de las
organizaciones. Por eso muchas de ellas en todo el mundo adoptaron políticas que contribuyeran al mejoramiento de este campo en su personal.

En el cierre del Mes Mundial de la Salud, desde ACRIP quisimos destacar que los entornos de trabajo seguros y sanos no representan, únicamente, un derecho significativo asociado a los derechos de los trabajadores; sino que también es una oportunidad para que los recursos humanos desarrollen sus actividades de una manera mucho más amena, se reduzcan los conflictos y se generen dinámicas de trabajo que, al final, favorecerán la misión de la organización.

Riesgos para la salud mental en el trabajo

Existen miles de circunstancias que pueden afectar la salud mental de un empleado. Sin embargo, varios expertos señalan que las principales pueden ser:

  • Falta de motivación y objetivos claros en las metas de un trabajador.
  • Ritmo excesivo de trabajo con horarios extensos.
  • Condiciones del lugar de trabajo en mal estado o precarias.
  • Violencia, acoso u hostigamiento.
  • Falta de reconocimiento al mérito.
  • Remuneración inadecuada o escasa inversión en el desarrollo profesional.
  • Falta de balance entre la vida laboral y familiar.


Este tipo de situaciones puede llevar a que las personas presenten señales de fatiga laboral, estrés, ansiedad, depresión, agresividad, tristeza; entre muchas otras que, por lo general, resultan en la renuncia de su puesto de trabajo.

Para ello, la OMS, dispuso de una serie de recomendaciones para las empresas con el fin de mitigar los impactos negativos en la salud mental de sus empleados.
Estas pueden ser:

  • Capacitar a los líderes de RR.HH. en la identificación de problemas de salud mental en sus colaboradores.
  • Establecer políticas, programas y estrategias orientadas hacia el mejoramiento de la salud mental, bajo la supervisión de expertos en este campo.
  • Desarrollar sistemas de comunicación oportuna para que los empleados puedan manifestar constantemente sus emociones y sentimientos respecto
    a la dinámica laboral y/o personal.
  • Implementar estrategias de trabajo que permitan un correcto balance entre el entorno laboral y la vida familiar y personal de los trabajadores.

Estas son algunas recomendaciones, pero toda estrategia o acción orientada al cuidado de la salud mental en los empleados es válida.

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